El uso de chatbots con inteligencia artificial, como ChatGPT y Copilot, ha aumentado de manera significativa como una forma de enfrentar la soledad. Cada vez más personas utilizan estas herramientas para mantener conversaciones constantes y buscar compañía emocional, especialmente en contextos de aislamiento, estrés o falta de redes de apoyo.
Especialistas en salud mental señalan que la interacción con chatbots puede generar alivio temporal. Sin embargo, advierten que estas plataformas no sustituyen la interacción humana real ni la construcción de vínculos sociales, los cuales son esenciales para el bienestar emocional a largo plazo.
Desde el ámbito psicológico, expertos alertan sobre riesgos asociados al uso prolongado de estas tecnologías. Existe la posibilidad de desarrollar dependencia emocional hacia sistemas que no poseen conciencia ni empatía auténtica, ya que solo simulan comprensión mediante patrones de datos.
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Investigadores en ética y tecnología también expresan preocupación. Los chatbots no fueron diseñados para funcionar como acompañantes emocionales permanentes, y su uso excesivo podría reducir la motivación para buscar apoyo en relaciones humanas o en profesionales de la salud.
Ante este panorama, empresas desarrolladoras han comenzado a actuar. Se han implementado advertencias, límites de uso y la promoción de recursos de ayuda profesional. En un contexto donde la soledad es considerada un problema de salud pública, especialistas coinciden en la necesidad de fomentar un uso responsable de la inteligencia artificial.






