
Expertos en ciberseguridad han detectado una estafa inédita que explota las funciones de inteligencia artificial de Gmail sin que los usuarios se percaten, y los engaña posteriormente. La técnica consiste en ocultar instrucciones maliciosas mediante texto en blanco sobre fondo blanco dentro de correos que parecen habituales.
Aunque esos fragmentos son “invisibles” al ojo humano, la IA los identifica al generar el resumen automático, desencadenando una alerta fraudulenta de “filtración de contraseña” o “acceso no autorizado”.
En cuanto la IA procesa el mensaje, presenta al usuario una notificación alarmante como si proviniera directamente de Google, que incluye un número telefónico que supuestamente ayuda a restablecer la seguridad de la cuenta. Al marcarlo, las víctimas caen en manos de una central de estafadores que cobra tarifas elevadas y solicitan datos sensibles bajo la excusa de verificar identidades.
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El fraude logra ser efectivo gracias a la confianza que depositan los usuarios en los avisos de la IA y al hecho de que el texto malicioso permanece oculto. Incluso usuarios con experiencia no perciben diferencias entre un correo legítimo y uno adulterado, pues el cuerpo del mensaje luce inofensivo.
De este modo, la estafa combina métodos de phishing tradicionales con manipulación automatizada, elevando el nivel de sofisticación de los ataques.
Para frenar esta “estafa invisible”, los especialistas recomiendan no responder ni llamar a números incluidos en correos sospechosos. Es fundamental revisar directamente el estado de seguridad desde la configuración oficial de Google y activar la verificación en dos pasos para añadir una capa extra de protección. Además, conviene usar la función “Informar phishing” de Gmail para reportar cualquier anomalía.





