El jueves 7 de febrero de 2025, un avión de la aerolínea regional Bering Air se estrelló en el mar de Bering, cerca de Nome, Alaska, resultando en la muerte de las 10 personas a bordo, incluidos nueve pasajeros y el piloto.
El avión, un Cessna 208B Grand Caravan EX, desapareció de los radares menos de una hora después de despegar de Unalakleet, su punto de origen, y fue encontrado al día siguiente sobre el hielo marino, a unos 55 kilómetros al sureste de Nome.
El avión despegó de Unalakleet a las 14:37 horas (hora local) con destino a Nome, pero perdió contacto con los controladores aéreos alrededor de las 15:16 horas, poco antes de llegar a su destino.
En el momento del accidente, se registraban temperaturas de -8.3°C, con nieve ligera y niebla, lo que pudo afectar la visibilidad y la estabilidad del vuelo.
Los equipos de rescate, incluyendo la Guardia Costera de Estados Unidos y la Guardia Nacional de Alaska, localizaron los restos del avión el viernes 8 de febrero. Tres cuerpos fueron recuperados, mientras que los otros siete permanecen atrapados en el interior de la aeronave debido a la severidad del impacto.
Las labores de rescate se complicaron por el hielo marino inestable y las fuertes nevadas previstas para la zona
Entre las víctimas se encuentran Rhone Baumgartner y Kameron Hartvigson, empleados del Consorcio de Salud Tribal Nativo de Alaska, quienes viajaban para realizar trabajos de mantenimiento en un sistema de calefacción para la comunidad.
La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) ha iniciado una investigación para determinar las causas del accidente. Según datos de radar, el avión experimentó una pérdida rápida de altitud y velocidad.
