Se desploman los buenos augurios en materia económica para este 2023 y, en consecuencia, las tasas de crecimiento sostenido que experimentaron notablemente buena parte de los países latinoamericanos, a excepción de México que cerró este 2022 con una cifra mediocre del 2.5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
Después del anuncio de Kristalina Georgieva, directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), se confirma aquello que ya advertían desde hace un par de trimestres la mayoría de los analistas a nivel internacional: la productividad de China, Estados Unidos y la Unión Europea se está desacelerando simultáneamente, haciendo de la contracción económica, la única expectativa posible para el primer semestre de este año nuevo que comienza.
Resultado de la previsión anterior, al expectativa de crecimiento anualizado para este 2023 será de 1.6 por ciento del PIB, en el mejor de los pronósticos, hecho que se traducirá en inseguridad pública, crecimiento de la economía informal, así como un aumento en las migraciones forzadas que, irremediablemente, bendecirán desde Palacio Nacional bajo el término de “remesas del bienestar”.
¿Cómo se encontraba la situación económica en México hace doce meses? Recordemos un párrafo de mi columna de ContraRéplica Puebla, publicada el 11 de enero de 2022:
“Si la realidad de las próximas semanas confirma que la letalidad de la nueva variante que azota el mundo no se verá reflejada en los hospitales, sino en la reactivación económica en el marco de una accidentada recuperación de fuentes de empleo, una cuesta de enero complicada como ninguna otra en los últimos 20 años y una inflación superior al 7.36 por ciento que, para colmo de males se trata de la quinta cifra más alta registrada a nivel internacional. Bajo este terrible escenario, ¿qué pueden hacer los gobiernos para proteger la economía de los ciudadanos del inminente colapso productivo? Lo que sea que hagan terminará golpeando nuestra cartera. Estamos en un callejón sin salida”.
Las cosas no han cambiado mucho desde entonces, y de poco nos sirve “el peso fuerte” que tanto presumen en La Mañanera. La inflación subyacente está lejos de contraerse en México, ya está acercándose peligrosamente a los dos dígitos, situándose en 8.35 por ciento a tasa anual –según el último reporte del Inegi–, a pesar de una agresiva estrategia financiera que se ha centrado en el aumento progresivo de los puntos base en las tasas de interés, incrementando la deuda revolvente de la clase media, acción mínimamente compensada por el permanente subsidio al combustible de los automotores.
MELCHOR, GASPAR Y BALTASAR
Contar viento y marea, “porque uno como quiera, pero las bendiciones qué culpa”: los Santos Reyes Magos gastarán cerca de 20 mmdp este año, pero con un alza que va del 20 al 70 por ciento por juguete con respecto a los precios del año pasado. En redes sociales trascendió que al entrar a Puebla, los Reyes tuvieron problemas porque “el Camello” no tenía pase turístico, afortunadamente arreglaron su situación legal a tiempo para desfilar por Reforma y Av. Juárez causando las sonrisas de grandes y chicos. Muchas gracias, queridos Reyes Magos.
Por Enrique Huerta