Al menos cuatro personas murieron y siete resultaron heridas, incluido el párroco argentino Gabriel Romanelli, tras un bombardeo israelí contra la Iglesia de la Sagrada Familia, el único templo católico en la Franja de Gaza.
El ataque, el primero que impacta directamente este lugar de culto desde el inicio de la guerra, afectó a unos 500 desplazados que se refugiaban en la parroquia. El Ejército israelí reconoció los daños en un comunicado, afirmando que “analiza las circunstancias del incidente”.
Romanelli, conocido por recibir llamadas diarias del fallecido papa Francisco para monitorear la situación en Gaza, resultó herido en el ataque. El nuevo pontífice, León XIV, expresó su “profunda tristeza” y renovó su llamado a un “inmediato alto el fuego”.
Sólo este jueves, bombardeos israelíes mataron a civiles en Yabalia, Zeitún, Nuseirat y Al Bureij, incluyendo familias enteras y desplazados en tiendas de campaña.
Desde diciembre de 2023, cuando un francotirador israelí mató a dos feligresas en este mismo templo, la iglesia había evitado ataques directos.
Además, Israel ha destruido 815 mezquitas en Gaza, dejando a la población civil sin refugios seguros ante la ofensiva militar.
