El gobierno de Estados Unidos ha notificado a Canadá que a partir del próximo martes 4 de febrero se implementarán aranceles del 25% a prácticamente todos los productos canadienses, con excepción del gas y el petróleo, que tendrán un gravamen del 10%.
Esta decisión, anunciada por la administración de Donald Trump, marca un nuevo capítulo en las tensiones comerciales entre ambos países y es considerada por algunos analistas como el inicio de una guerra comercial.
La notificación se realizó el sábado 1 de febrero, y se espera que el Primer Ministro canadiense, Justin Trudeau, ofrezca una conferencia de prensa para detallar la respuesta de su gobierno a esta medida.
Trudeau había anticipado que su administración tenía preparada una “respuesta inmediata, determinada y razonable” ante los aranceles impuestos por Estados Unidos.
Este cambio en la política comercial afecta significativamente el comercio bilateral entre Estados Unidos y Canadá, que ha estado regido por acuerdos de libre comercio desde 1989.
En 2024, las exportaciones canadienses hacia Estados Unidos alcanzaron aproximadamente 322 mil 409 millones de dólares, mientras que las importaciones desde Estados Unidos fueron de 377 mil 239 millones de dólares, resultando en un déficit comercial para Estados Unidos de 54 mil 830 millones.
Un alto funcionario canadiense ha señalado que estos aranceles podrían tener efectos devastadores en la economía canadiense y complicar aún más las relaciones comerciales entre ambos países.
Las tarifas estarán vigentes hasta que Trump esté convencido de que Canadá está tomando las medidas adecuadas para frenar el tráfico de fentanilo hacia Estados Unidos, lo cual ha sido un punto crítico en la retórica del presidente estadounidense.