Por Patricia Estrada
¡Pobre Tehuacán! La segunda ciudad más importante del estado de Puebla ha padecido durante muchos años gobiernos corruptos e incompetentes. El crecimiento de la delincuencia, el desorden comercial, el conflicto en el relleno sanitario y los abusos de poder han sido el sello de la casa.
Este gobierno interino que acaba el 15 de octubre no es la excepción. Ronda en los pasillos la posibilidad de que el alcalde Andrés Artemio Caballero premie el servilismo de sus regidores más cercanos con “bonos de marcha” de 40 mil pesos.
Y es que el Cabildo de Tehuacán mostró su cara más abusiva aprobando a diestra y siniestra permisos de funcionamiento para negocios de conocidos y allegados; el nuevo estilo que mantiene vigente el tristemente célebre “Año de Hidalgo”.
Por ejemplo: El 4 de marzo de 2021, los regidores avalaron dos licencias de funcionamiento para la miscelánea “El Centenario” y “El Bambú”, a nombre de Lucero Valladares García, la particular de la regidora Yesenia Hernández Asunción.
El 7 de septiembre de 2021, la miscelánea “La Rapidita” obtuvo su permiso municipal a nombre de María Estela Mercedes Arroyo Alba, mamá de la regidora Laura Castuera Arroyo.
El 22 de septiembre de 2021, un comercio “sin nombre” ubicado en la calle 5 norte 209 letra “A”, propiedad de Jimena Moreno Gómez, hija de la pareja sentimental de la síndica Laura Gallegos Sánchez consiguió su licencia de funcionamiento.
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Así se manejó el alcalde que entró a suplir al corrupto de Felipe de Jesús Patjane Martínez y terminó cometiendo los mismos atropellos desde el poder, dejando descontentos en la policía municipal, descontrol del comercio informal y heredando una “papa caliente” llamada relleno sanitario.
Fue tanta su ineptitud pública que recientemente declaró a los reporteros que “no estuvo en sus manos que lloviera en exceso” intentando justificar el deterioro de las calles del centro. Andrés Artemio Caballero se va tal como entró, sin pena ni gloria pero corresponderá a la Auditoría Superior del Estado revisar las finanzas que administró desde hace más de un año, aunque haya sido “bateador emergente” como declaró a La Jornada de Oriente.
El gran error del edil fue pensar que su débil capital político le alcanzaría para amarrar la reelección y ahora en el ocaso de su fugaz carrera deja muchos frentes abiertos a su sucesor, Pedro Tepole, obligado a restablecer la relación institucional con el gobernador Miguel Barbosa para rescatar a Tehuacán de la caída libre.