Sudán del Sur confirma llegada de mexicano deportado por EU

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Jesús Muñoz Gutiérrez, mexicano deportado por EU a África.

El gobierno de Sudán del Sur confirmó este miércoles la llegada de ocho personas deportadas desde Estados Unidos, entre las que aparece un ciudadano mexicano identificado como Jesús Muñoz Gutiérrez, quien cumplía condena por asesinato en Florida. El grupo, que incluye también a dos cubanos, y un único sursudanés, permanecía retenido en una base militar estadounidense en Yibuti desde finales de mayo.

Según un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores sursudanés, los deportados arribaron al Aeropuerto Internacional de Yuba el 5 de julio, bajo procedimientos estándar coordinados con las autoridades estadounidenses. Las personas están siendo sometidas a un “proceso de selección” y se encuentran bajo supervisión gubernamental, en cumplimiento de la legislación local y normas internacionales.

El gobierno destacó que la decisión de recibirlos refleja su “compromiso con la cooperación internacional y la responsabilidad humanitaria”, así como los “vínculos históricos” con los países de origen de algunos deportados. Sin embargo, no aclaró las razones específicas para aceptar a no nacionales, como el mexicano Muñoz Gutiérrez, condenado a cadena perpetua por asesinato en segundo grado y vinculado por el ICE a la pandilla “Brown Pride”.

El comunicado oficial subrayó que la medida fue un “gesto de buena voluntad” hacia Washington, con quien mantienen cooperación en seguridad y ayuda humanitaria.

Por su parte, la administración de Donald Trump ha intensificado las deportaciones exprés como parte de su promesa de campaña, aunque organizaciones de derechos humanos denuncian violaciones al debido proceso. Del grupo enviado a Sudán del Sur, solo uno era ciudadano del país; los demás procedían de Cuba, México, Laos, Birmania y Vietnam.

Aunque el gobierno sursudanés evitó referirse a los historiales criminales de los deportados, fuentes estadounidenses confirmaron que varios tenían condenas previas.

Las autoridades de Sudán del Sur aseguraron que los deportados “no representan una amenaza” y que su recepción se ajusta a estándares internacionales.

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