
Un brazalete de oro macizo de 3 mil años, perteneciente al faraón Amenemope, fue robado del Museo Egipcio de El Cairo y fundido para vender su metal.
La joya, con una cuenta esférica de lapislázuli, se encontraba en restauración para una exhibición internacional en Roma y desapareció de una caja fuerte sin cámaras.
Tras una investigación, el Ministerio del Interior egipcio identificó al restaurador del museo como el ladrón, quien vendió el brazalete por unos 3 mil 200 euros (aproximadamente 69 mil pesos mexicanos).
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Autoridades detuvieron a cuatro personas, incluyendo el restaurador, el comerciante, un joyero y el operario que fundió la pieza; las ganancias fueron incautadas, pero la joya es insalvable.
El robo ocurre semanas antes de la apertura del Gran Museo Egipcio en Giza y generó gran indignación, cuestionando la seguridad de los tesoros nacionales.
A su vez, arqueólogos internacionales exigen suspender préstamos de antigüedades hasta que mejoren las medidas de seguridad en museos egipcios y protejan el patrimonio milenario.





