El Papa Francisco condenó las iniciativas que ciertos países tratan de implementar para la legalización de drogas para uso recreativo y afirmó que una reducción de la dependencia “no se consigue liberalizando su consumo”.
Durante su audiencia general celebrada este miércoles en la Plaza de San Pedro, el pontífice calificó las leyes de liberación de las drogas como una fantasía y señaló a los traficantes de asesinos y “traficantes de la muerte”, corrompidos por una codicia de dinero y poder. Al mismo tiempo, pidió tratamiento para los adictos y leyes que respalden los esfuerzos de prevención.
Francisco dedicó su discurso al Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas que celebra Naciones Unidas y afirmo que “para contrarrestar el abuso y el tráfico de drogas, es necesaria la prevención y esto se debe realizar educando a los jóvenes en los valores que construyen la vida personal y comunitaria, acompañando a los necesitados y dando esperanza en el futuro”, expresó.
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Del mismo modo, agregó que “la producción y el tráfico de drogas también tienen un impacto destructivo en nuestra casa común” y puso como ejemplo la situación que se está produciendo en la cuenca amazónica.
Por tanto, exhortó a todos “a detenernos ante las situaciones de fragilidad y dolor, a saber escuchar el grito de la soledad y la angustia, a inclinarnos para levantar y traer de vuelta a la vida a aquellos que caen en la esclavitud de la droga”.
Finalmente, Jorge Bergoglio destacó la red de La Pastoral Latinoamericana de Acompañamiento y Prevención de Adicciones como un ejemplo de los esfuerzos que realiza la Iglesia para afrontar esta problemática.
Por redacción
Editora: Diana González
