Ozzy Osbourne murió el pasado 22 de julio debido a un infarto de miocardio, de acuerdo con su autopsia, que también reveló una enfermedad de la arteria coronaria y confirmó su diagnóstico de Parkinson desde 2019.
El New York Times tuvo acceso al acta de defunción presentada en Londres por su hija, donde figuran las causas oficiales: paro cardíaco fuera del hospital, infarto agudo de miocardio, enfermedad coronaria y Parkinson con disfunción autonómica.
La familia no había desvelado la causa exacta al anunciar la muerte del músico. Osbourne padeció varios problemas de salud en los últimos años, incluidos una variante de Parkinson y daño medular, que afectaron severamente su movilidad.
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El cantante británico, líder de Black Sabbath y conocido como el “Príncipe de las Tinieblas”, falleció a los 76 años, pocas semanas después de su concierto en Birmingham, su ciudad natal, donde tocó al lado de otras estrellas de la música.
Desde febrero, su esposa Sharon había anunciado que ese concierto sería probablemente el último, alimentando las preocupaciones de los fans sobre su estado de salud.
