Con IA como aliada, “Critterz” busca mostrar que se puede producir una película en menos tiempo, con un presupuesto reducido y llena de ideas nuevas, sin reemplazar a las personas.
La iniciativa parte de Chad Nelson, especialista creativo de OpenAI, quien hace tres años comenzó a experimentar con DALL·E para dar forma a sus primeros diseños de personajes. Lo que en un inicio fue un cortometraje de prueba ha crecido hasta convertirse en una coproducción internacional, con el respaldo de estudios en Londres y Los Ángeles.
El equipo se ha propuesto terminar el largometraje en unos nueve meses, frente a los tres años que suele requerir una producción de animación tradicional. Según James Richardson, cofundador de Vertigo Films, el presupuesto se mantendrá por debajo de los 30 millones de dólares, una cifra muy inferior a los más de 100 millones habituales en proyectos de este tipo.
La propuesta de Critterz va más allá de despertar curiosidad: servirá como prueba de concepto para toda la industria. Si cumple sus objetivos, podría instaurar un modelo en el que la IA y los equipos humanos trabajen juntos, acortando plazos, abaratando costes y, sobre todo, facilitando que más creadores accedan al cine.
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Con este lanzamiento, OpenAI deja claro su mensaje: la inteligencia artificial ya no es solo una herramienta de apoyo, sino un actor dispuesto a integrarse de lleno en Hollywood, y “Critterz” solo supone el comienzo de esa transformación.

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