En el futuro las olas de calor serán más frecuentes, intensas y mortales debido al cambio climático, e incluso podrían “exceder los límites humanos, psicológicos y sociales”, según advierte un informe de la ONU y de la Cruz Roja.
El estudio de la Oficina de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas y de la Federación Internacional de la Cruz Roja (FICR) señala que las numerosas canículas vividas este año en Europa, Asia Meridional, Australia, el Norte de África, Estados Unidos y China sólo avisan lo que está por venir.
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“Los eventos meteorológicos extremos, tales como olas de calor e inundaciones, están golpeando a los más vulnerables, y es especialmente notorio en países con hambre, conflicto y pobreza”, comentó el coordinador humanitario de la ONU, Martin Griffiths.
Por su parte, el secretario general de FICR, Jagan Chapagain consideró que “para evitar los impactos más devastadores, debemos invertir de forma igualitaria en adaptación y mitigación, particularmente en los países en mayor riesgo”.
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“El sistema humanitario no está adecuadamente preparado para estas olas, tiene una financiación insuficiente”, aseveró Griffiths, quien desató la urgencia de ayudar a Somalia ante la hambruna.
El informe propone la creación de mecanismos de alerta temprana de canículas o que se apoyen programas preventivos por parte de los actores locales que responden primero a las emergencias.
Cabe señalar que, de acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), 820 millones de niños están en alto riesgo de verse expuestos a olas de calor, a lo que se suman personas mayores, mujeres embarazadas y las lactantes como los grupos más vulnerables.
Por Redacción
Editora: Brenda Balderas
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