Tras la muerte de su abuelita, quien era quien cuidaba de él, un día el hijo de Edivaldo le dijo que ya no quería ir a la primaria porque su maestra Viviana, se burlaba de él, no le revisaba la tarea y les decía a él y otros alumnos que si se acusaban eran unos chismosos y unas “niñas”.
Edivaldo le creyó al niño que cursaba quinto año de primaria en la escuela bilingüe Tlatuani en San José Los Cerritos, acudió con el director para externarle su queja, pero la maestra lo negó todo.
El padre de familia aseguró que había más niños que habían pasado por lo mismo, incluso a uno de ellos lo cambiaron de salón, pero al de él le negaron la petición.
Edivaldo no quiso discutir más, para evitar que escalara la violencia en contra del menor, lo único que pidió fue que le devolvieran los documentos para poder inscribirlo a otra institución, aunque pierda un año de estudio.
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No obstante, el director del plantel le negó su petición y le dijo que lo haría si firmaba una hoja en blanco, por lo que Edivaldo rechazó la oferta y dejó de enviar al pequeño a clases.
Aunque ha intentado recuperar los documentos vía internet, no ha podido obtener las boletas, lo cual ayudaría a que su hijo no pierda el año.
Por ello, hizo una petición a las autoridades educativas para intervenir en su caso, debido a que envió una queja en contra del personal educativo el 3 de septiembre pasado, pero no ha recibido respuesta.
“Va a seguir teniendo niños (a su cargo), si a la maestra no le gusta su trabajo, que renuncie, porque su trabajo es tratar con niños y no con personas adultas”, declaró.
Editor: Renato León
