Elon Musk ha generado una controversia significativa tras realizar un gesto que se asemeja al saludo nazi durante la ceremonia de investidura de Donald Trump como presidente de Estados Unidos.
En un evento celebrado en el Capitol One Arena, Musk hizo este gesto en dos ocasiones mientras agradecía a la multitud, lo que ha sido interpretado por muchos como un saludo a la ideología fascista.
Los críticos han señalado que Musk golpeó su pecho y luego extendió su brazo hacia el público, un movimiento que recuerda al saludo utilizado por el régimen nazi. Este acto ha suscitado reacciones inmediatas, incluyendo la condena de figuras políticas y organizaciones como la Liga Antidifamación (ADL), que lucha contra el antisemitismo.
La controversia se intensificó cuando algunos republicanos intentaron justificar el gesto, argumentando que Musk simplemente estaba “entregando su corazón” a la audiencia.
A lo largo de los años, Musk ha estado involucrado en varias polémicas relacionadas con comentarios sobre la supremacía blanca y el apoyo a grupos de extrema derecha, lo que ha alimentado las críticas sobre sus acciones recientes.
En redes sociales calificaron el gesto como como política de silbato para perros (dog-whistle politics en inglés), este es un término que describe el uso de un lenguaje codificado por parte de los políticos para atraer a ciertos grupos de la población sin provocar reacciones adversas en audiencias más amplias. Aunque en este caso no fue discreto.
El presidente colombiano, Gustavo Petro, y otros políticos han expresado su indignación, algunos incluso abandonaron la plataforma X, anteriormente conocida como Twitter, en protesta por sus gestos y declaraciones.
“El fascista es el que quiere eliminar la diferencia. El nazi mata a los diferentes, mata la.diversidad que es el sustento de la vida”, dijo el mandatario acerca del gesto del multimillonario.
Mientras tanto, Musk no ha ofrecido una explicación clara sobre el significado de su gesto, lo que deja abiertas las interpretaciones sobre sus intenciones. La situación continúa generando debate sobre el impacto de sus acciones y su relación con movimientos extremistas.
Musk ha sido un firme aliado de Trump y ha expresado su apoyo a varios candidatos de extrema derecha en diferentes países. En Alemania, por ejemplo, Musk ha manifestado su respaldo al partido Alternativa para Alemania (AfD).
La estrategia de Musk parece estar alineada con sus intereses empresariales, ya que su apoyo a la extrema derecha coincide con un aumento significativo en su riqueza y en el valor de sus empresas.
