Estudios recientes revelan que la luz azul no siempre altera el sueño

30
Luz azul y la calidad del sueño. / Foto: Internet.

Estudios recientes han cuestionado la creencia común de que la luz azul emitida por dispositivos electrónicos afecta negativamente el sueño. Expertos como Lauren Hartstein de la Universidad de Arizona y Mariana Figueiro del Monte Sinaí han analizado la evidencia y sugieren que la luz azul por sí sola puede no ser la causa principal de los problemas de sueño.

La investigación indica que factores como el tiempo de uso del dispositivo, su proximidad a los ojos y el nivel de brillo pueden influir en los niveles de melatonina, la hormona que regula el sueño. Por ejemplo, un estudio de 2013 mostró que el uso de un iPad a máximo brillo durante dos horas provocaba un ligero descenso de melatonina, mientras que una hora de uso no tuvo efecto significativo.

Además, un estudio de 2019 reveló que la sensibilidad a la luz azul varía entre individuos, lo que significa que no todos experimentan los mismos efectos. Sin embargo, Figueiro advierte que aún no está claro si la supresión de melatonina debida a la luz azul es suficiente para afectar el sueño de manera significativa.

Te puede interesar: Confirman caso de rabia humana en joven de Zacatecas

Las actividades realizadas en dispositivos también juegan un papel crucial. Hartstein señala que las interacciones activas, como jugar videojuegos o navegar en redes sociales, pueden ser más perjudiciales para el sueño que simplemente ver televisión. Esto se debe a que tales actividades estimulan el sistema de recompensa del cerebro, dificultando la conciliación del sueño.

Por otro lado, algunos estudios sugieren que ver programas de televisión o leer contenido relajante puede ser beneficioso para quienes luchan contra pensamientos negativos antes de dormir. La clave parece estar en el tipo de contenido consumido y en mantener una separación entre el uso de dispositivos y el espacio de descanso.

Finalmente, aunque la relación entre la luz azul y el sueño sigue siendo objeto de debate, muchos expertos coinciden en que se necesita más investigación para comprender completamente el impacto de los dispositivos electrónicos en la calidad del sueño. Hartstein concluye que si una persona puede dormir bien y sentirse descansada al día siguiente, no hay necesidad de modificar sus hábitos de uso de pantallas.

Te recomendamos: