Esto es la sucesión presidencial y las reglas cambian

84

En mi columna del pasado 27 de octubre, titulada “Juego perverso”, le compartía a usted el siguiente análisis:

“¿Quién hoy, con datos duros sobre la mesa, podría poner en duda que la aspirante favorita para suceder a Andrés Manuel López Obrador en la Presidencia de la República, según todos los estudios de opinión pública, es la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum? No sólo se trata del único perfil que desde hace 16 meses se ha mantenido a la cabeza de las preferencias electorales, sino que también se trata de la única opción que ha presentado una alza sostenida a pesar del proselitismo sobrehumano que desde la cancillería ha estado ejerciendo Marcelo Ebrard”.

Desde luego esto es la sucesión presidencial y las reglas cambian, las piezas en el tablero político se mueven con una velocidad inusitada, motivadas por el fulgor de las campañas en el Estado de México y Coahuila, dos escenarios que pintan catastróficos para el partido de López Obrador a causa de la consolidación de la alianza opositora Va por México.

¿Hasta qué punto podemos asumir que, independientemente de que Morena gane o no la Presidencia de México en 2024, las circunstancias están dadas para que enfrente la derrota electoral más vergonzosa de su historia durante los comicios a la Jefatura de Gobierno de la CDMX?

El lamentable “incidente” ocurrido entre las estaciones Potrero y La Raza del Metro de la Ciudad de México marcó el arranque de la contracción en las intenciones del voto del proyecto político de Claudia Sheinbaum. ¿Podría revertirse esa tendencia? Quizá, siempre y cuando su manejo mediático mude de la patética contraofensiva del sabotaje ficcional a la responsabilidad presupuestal y a la sensatez moral.

Mientras esa difícil metamorfosis no ocurra, Mario Delgado seguirá atiborrándose de “peje-luches” ante las redes sociales para ocultar, en su animadversión al INE, su falta de oficio político. ¿O de qué otra manera podríamos explicar el hecho de que el dirigente nacional de Morena decidió “fumar la pipa de la paz” con Ricardo Monreal? ¿Qué tan grande será el desplome real de la favorita en las encuestas para que hoy, el exsenador incómodo, grite a los cuatro vientos que finalmente “se queda a competir en Morena”? Ya sólo falta que se suspenda la veda de tamales de chipilín para Monreal en Palacio Nacional.

LECTURAS PARA PUEBLA

¿Quién habría dicho, antes de la tragedia más reciente del Metro y de la consolidación de alianza Va por México que en Puebla, “una plaza –aparentemente– claudista”, son bienvenidos todos los aspirantes presidenciales, siempre y cuando estén del lado correcto de la historia? ¿Se imagina usted hace un mes al secretario de Gobernación, Adán Augusto López, serenando las calenturas proselitistas de los terribles primos Mier? ¿O acaso la diputación poblana en San Lázaro podría haberse fracturado, durante el pasado periodo ordinario de sesiones, a causa del carisma sin igual de “carnal” Marcelo Ebrard? En definitiva, esto es la sucesión presidencial y las reglas cambian.

Por Enrique Huerta