China planea traer muestras de Marte a la Tierra en el 2031 con su misión Tianwen-3, que despegará en 2028. El país aspira a ser el primero en lograr el retorno de al menos 500 gramos de roca marciana para análisis detallados.
La misión tiene tres própositos principales: buscar vida pasada o presente, estudiar la evolución geológica y comprender las condiciones que hicieron al planeta inhóspito.
Para obtener las muestras, harán uso de un dron capaz de acceder a zonas alejadas del módulo de aterrizaje y realizar perforaciones de hasta dos metros, un reto debido a la atmósfera marciana.
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Los científicos evalúan sitios de extracción, reduciendo la lista de 80 a 19 candidatos, con planes de elegir tres zonas definitivas para 2026. La zona de aterrizaje se ubicaría entre los 17 y 30 grados de latitud norte en Marte.
Mientras tanto, China avanza en misiones lunares para estudiar el regolito, además de confirmar datos sobre agua y actividad volcánica.
En contraste, Estados Unidos, con dos rovers activos en Marte y mayores ambiciones, enfrenta retrasos por recortes presupuestales y cambios en su administración espacial.
