El centro de Odesa, en Ucrania, fue atacado por 19 misiles rusos que dejaron como resultado la muerte de dos menores de edad y la destrucción de una catedral ortodoxa, considerada Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
En los ataques resultaron afectadas decenas de edificios de la ciudad, donde destaca la Catedral ortodoxa de la Transfiguración, una estructura que había sido reconstruida tras su demolición en tiempos de Stalin.
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Volodímir Zelenski, presidente de Ucrania, informó que buscarán “represalias” contra Moscú y confirmó que los menores fallecidos en el ataque tenían 11 y 17 años de edad.
“Misiles contra ciudades pacíficas, contra viviendas, contra una catedral (…) Habrá represalias contra los terroristas rusos por lo ocurrido en Odesa” mencionó el dirigente ucraniano.
Autoridades de Kiev acusaron a Rusia de “destruir” el recinto ortodoxo como parte de una estrategia para desestabilizar el ambiente religioso en el país y así afectar los movimientos ucranianos “desde dentro”.
Por otro lado, el alto representante de Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de la Unión Europea, Josep Borrell expresó su inconformidad por el atentado a territorio ucraniano y calificó estás acciones como “nuevo crimen de guerra”.
“El terror constante de los misiles rusos sobre Odesa, bajo la protección de la Unesco, constituye otro nuevo crimen de guerra del Kremlin, que además ha demolido la principal catedral ortodoxa, un lugar que es patrimonio mundial”, comentó el Borrell a través de su cuenta de Twitter.
Ante las acusaciones, el Ministerio de Defensa de Rusia informó que la catedral no era un objetivo previsto en los ataques y argumentó que los daños habían sido causados por algún misil ucraniano antiaéreo en la defensa de la zona, misma que logró derribar 9 misiles rusos de los 19 emitidos.
Además, miembros del ejército ruso añadieron que los ataques tenían como objetivo las “instalaciones donde se estaban preparando actos terroristas contra la Federación Rusa por medio de embarcaciones no tripuladas” con el apoyo de mercenarios extranjeros.
Por Redacción
Editor: Carlos Jurado
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