Desde el ring de “las benditas redes”, de dos a tres caídas sin límite de tiempo, lucharán: en una esquina aquellos que sostienen a fe ciega que los incidentes en el Metro de la Ciudad de México son obra de un sabotaje conservador y deleznable; en la otra, todos aquellos que inculpan a los gobiernos anteriores, desde la Jefatura de Gobierno de Andrés Manuel López Obrador a la fecha, por el negligente descuido presupuestal del Sistema de Transporte Colectivo más importante de América Latina.
Quiénes sean los rudos o técnicos en esta surrealista arena morenista ya no tiene la menor importancia, todo el problema está en quién va a perder la cabellera y, para mala fortuna de la 4T, el tribunal de las conciencias —mucho antes que las investigaciones de la Fiscalía de la Ciudad de México— ya emitió su veredicto.
En medio de esta tormenta, caldeada de infodemia y de ambiciones malsanas, el consejero presidente del organismo electoral que Morena no pudo erradicar, Lorenzo Córdova, con un gesto de satisfacción en el rostro le recordó a todos los actores políticos que el Plan B del presidente López Obrador no entrará en vigor para los procesos electorales del Estado de México y Coahuila, llamando a cumplir con sus obligaciones contables —por aquello de que el INE cancela candidaturas— a los partidos políticos en el marco de las campañas y pre-campañas.
¿Tiene el partido que dirige Mario Delgado posibilidades reales de triunfo electoral en los dos estados en cuestión? Coahuila está perdida, no sólo porque Ricardo Mejía haya roto la alianza Morena-PT lanzándose desde la fracción de Fernández Noroña —en un acto casi suicida— a competir contra su ex compañero de lucha Armando Guadiana; más bien por un dato todavía más significativo: Regeneración Nacional sólo cuenta con ocho de un total de 28 municipios, y dado que los programas de bienestar sirven de muy poco sin una red clientelar controlada por cada presidente municipal, estructura históricamente proclive a movilizar y condicionar el voto de manera eficiente, podemos asumir que la gubernatura de Coahuila caerá en manos del priista Manolo Jiménez.
¿La profesora Delfina Gómez, en segundas nupcias, podrá vencer a Alejandra del Moral en el Estado de México? La única posibilidad que tenía Morena de romper la casi centenaria hegemonía del PRI se fundamentaba en el hecho contingente de que la alianza opositora no se concretara. No obstante el llamado PRIANRD, con una red clientelar eficaz en 78 de 125 municipios, le hará tragar polvo —otra vez— a la ex secretaria de Educación Pública federal.
Evidentemente no fue obra de la casualidad la reunión que Adán Augusto López, secretario de Gobernación, tuvo el 14 de enero con los gobernadores de la transformación.
¿Quién podría negar hoy, que esa no fue la respuesta política a la amenaza que Va por México supondría? “Y es de que” —como dicen en La Mañanera—, ante los descalabros electorales que se avecinan, qué mejor respuesta que mostrar el músculo de 22 gobernadores alineados al verbo encarnado de la 4T.
Por Enrique Huerta