En el municipio de Altamira, Tamaulipas, la sequía provocó la muerte de más de 100 vacas y afectó gravemente la ganadería. José Luis Padrón, productor y exlíder ganadero, mencionó que casi todos los ganaderos perdieron al menos un animal y que aquellos que no se dedican a la agricultura tuvieron que alquilar parcelas de sorgo para alimentar a sus vacas.
La sequía, que lleva un año, obligó a los ganaderos a traer agua de otros lugares, generaron un alto costo económico. Los ejidos que antes eran una ruta lechera, como Santa Juana y La Gloria, vieron desaparecer casi por completo esta actividad y ahora se enfocan en la cría de ganado para la venta.
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De los 60 productores en Santa Juana, solo 15 mantuvieron su ganado, mientras que los demás se deshicieron de sus animales. Los ganaderos compran pacas de sorgo y alquilan parcelas para pastoreo. El rebaño ganadero disminuyó un 55%, con muchos vendieron animales a precios bajos para mantener vivos a los restantes.
Las vacas, que deberían pesar entre 500 y 600 kilos, actualmente pesan alrededor de 400 kilos, redujo su valor de 20 a 10 mil pesos. Sin apoyo gubernamental, los productores afrontan los gastos por sí mismos. Las autoridades iniciaron acciones para reabastecer de agua la zona, afectada por la falta de líquido en las últimas semanas.
Por Redacción
Editor: Carlos Jurado
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