La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) advirtió sobre la obsolescencia programada, una práctica que limita la vida útil de dispositivos electrónicos y fomenta su reemplazo.
La obsolescencia programada reduce intencionadamente la duración de productos electrónicos como celulares, computadoras, electrodomésticos y otros aparatos de uso diario, causando fallas tempranas o desuso planificado.
Por ello, se identificaron cinco tipos de obsolescencia:
- Física (materiales frágiles)
- Estética (diseños que se vuelven obsoletos)
- Funcional (incompatibilidad tecnológica)
- Indirecta (falta de refacciones o soporte)
- Percibida (presión social o marketing que hace creer que ya no sirve).
Las consecuencias comprenden daño ambiental debido a la acumulación de basura electrónica que contamina agua y tierra; explotación excesiva de recursos naturales que incrementa gases de efecto invernadero.
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México genera aproximadamente 1.2 millones de toneladas métricas de basura electrónica, lo equivalente a llenar cuatro veces el Estadio Azteca.
Asimismo, afecta negativamente el bolsillo de los mexicanos, ya que la obsolescencia programada obliga a los consumidores a gastar en repetidas ocasiones para adquirir nuevos dispositivos.
Para hacer frente a esta práctica se recomienda lo siguiente:
- Fortalecer la gestión de residuos electrónicos.
- Regular la obsolescencia programada.
- Promover la economía circular con reutilización, reparación y reciclaje.
- Educar a la población sobre el consumo responsable.
Finalmente, la institución llama a reflexionar sobre el consumo acelerado, involucrar a fabricantes y consumidores a generar prácticas sostenibles y duraderas.
