La herida se ha abierto en la familia de Araceli Vázquez Barranco. Para Amada Barranco, su madre, es como si ayer, y no hace 10 años, fue cuando asesinaron a su hija en su propio hogar. Hace un par de semanas, supo por la prensa que habían detenido a Javier Mauricio N en Chignautla, el presunto feminicida de la única de sus seis hijos que había terminado los estudios universitarios, y que ya había hecho una vida con pareja e hijos.
En los últimos tres años, la familia de Chely –como le decían sus seres queridos– se había dedicado a olvidar y vivir sin la joven de 23 años de edad, su madre había recibido su título por ella como ingeniera textil en la BUAP y continuaba con sus actividades como trabajadora del hogar en Acajete, Tepeaca y Puebla.
Ya no habían escuchado del hombre que les cambió la vida, hasta hace un año, cuando tres agentes tocaron a su puerta para informarle que iban a continuar con la investigación. Lo último que sabían es que el sujeto estaba en Estados Unidos y tenía activada una alerta de la Interpol para buscarlo.
No sabían que había hecho una vida a tan sólo una hora 45 minutos de su hogar, de aquella casa en Acajete, en donde la mañana del 13 de noviembre de 2013 mientras Chely se bañaba, su ex novio Javier Mauricio, entró y la asesinó.
Ahora, detenido y con auto de formal prisión, el temor de la familia y de activistas que han acompañado uno de los primeros casos tipificados como feminicidio en la entidad, es que las pruebas obtenidas por una década se hayan perdido.
“Queremos reiterar que hay una preocupación por parte de la familia porque han pasado todos estos años, y lo que esperamos es que el caso sea suficientemente fuerte para lograr una sanción ejemplar”, comentó Natali Hernández Arias, directora de Centro de Análisis, Formación e Iniciativa Social (CAFIS).
La activista recordó la serie de omisiones cometidas por las autoridades durante estos últimos años, como cuando el hombre fue visto salir de su casa después del asesinato de Araceli Vázquez pero los policías estatales lo buscaron cinco horas después; así como la emisión de la orden de aprehensión hasta el 2 de diciembre, casi un mes después del feminicidio.
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Tras quejas y pasar por seis ministerios públicos diferentes, Amada Barranco dijo que confía en la nueva ministerio público asignada al caso, por primera vez una mujer, que –comentó—la ha escuchado y prometido que habrá justicia.
“Tengo las esperanzas puestas en la ministerio público porque es mujer, y creo que me va a entender, y ella es la única que me ha dado la atención y toda la información. Mi temor es este, que dicen que va a salir libre y ese es mi temor, y yo pido justicia”, exigió.
Amada fue acompañada por Rocío Limón, madre de Paulina Camargo Limón, quien también exigió justicia por Araceli.
Chely había terminado su relación con Javier Mauricio, pero él la seguía acosando a pesar de que ya tenía una nueva pareja. La mañana del 13 de noviembre de 2013, vecinos lo vieron parado afuera de la casa de Amada, quien también lo observó escapar después de haber asesinado a la joven.
Por Guadalupe Juárez
Editora: Brenda Balderas
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