La educación se ha enfrentado a un escenario ríspido y complejo, consecuencia en parte del surgimiento de nuevas tecnologías, pero también de los efectos inesperados de la pandemia, que dejó a más de una generación con un rezago importante y con un nuevo puñado de necesidades pedagógicas que las y los docentes se ven llamados a enfrentar todos los días en las aulas.
Este panorama llamó a la IBERO Puebla a “crear un espacio dinámico y participativo de diálogo sobre ecosistemas de aprendizaje, donde las y los profesores y otros actores educativos puedan explorar, compartir y cocrear prácticas innovadoras para afrontar los desafíos que tenemos cada día las instituciones educativas”, como lo describió la Dra. Lilia Vélez Iglesias, directora general Académica.
Así nació el 1er Encuentro de Innovación e Internacionalización Educativa, que bajo el lema “Construyendo Nuevos Ecosistemas de Aprendizaje” llamó a las y los docentes de diferentes niveles e instituciones educativas para “compartir las problemáticas que enfrentan, profundizar en el perfil de las y los estudiantes actuales, y pensar y diseñar prácticas innovadoras que permitan alcanzar los objetivos educativos que se proponen” afirmó la Dra. Vélez Iglesias.
“El magis nos invita a innovar; a estar preparados para resolver los problemas que aún no conocemos. Osar más, a atrevernos a más en nuestra propuesta educativa y en modelos educativos”, dijo la Dra. Lilia Vélez.
“Las mediaciones tecnológicas son cada vez más determinantes no solo en el ámbito educativo, sino en prácticamente todos los aspectos de la vida de las personas”, indicó la académica, quien reconoció el panorama complejo al que se enfrenta la educación. “Estamos convencidos de la necesidad de que la formación docente se centra en la innovación como una de las claves para el desarrollo de nuevas estrategias”, explicó.
La innovación, entonces, se ha vuelto un piar muchas veces difícil de implementar, pero no imposible. Así lo demostró el Dr. Juan Carlos Gacitúa Araneda en su conferencia inaugural, en la que llevó a las y los docentes a pensar más allá de lo superficial con una combinación de creatividad, innovación y movimiento permanente.
Así pues, el director de la Unidad de Formación e Innovación Docente de la Universidad Loyola en Sevilla, dio múltiples claves para que maestras y maestros pudieran comenzar implementar y experimentar cada vez más con la innovación y la creatividad como “herramientas de trabajo para impactar en nuestros profesores y acompañar a nuestros estudiantes”.
Recomendó comenzar por brindar un espacio de confianza y de apoyo en el que “fallar” esté bien y sea parte del proceso, porque “no es para nada bueno promover la creatividad si no hay confianza, humor, práctica […] porque las posibilidades de caer son altísimas; si te caes, y repruebas, ya no es gracioso”.
Por ello, “lo más importante para poder desarrollar el pensamiento creativo es generar un clima de confianza, un clima donde todos podamos opinar, donde no se nos esté evaluando lo que estamos opinando, donde podamos experimentar con nueva idea donde podamos fracasar y no pase nada”, explicó.
Una vez que se tenga ese ambiente de confianza, es necesario trabajar de la mano de la fluidez, la flexibilidad, la elaboración con el pensamiento complejo, la originalidad y, finalmente, la innovación. Estas son las características a las que quienes están frente a las aulas deben abrazar para implementar prácticas cada vez más adecuadas para el contexto en que lo necesitan.