Este viernes 23 de agosto, fue recuperado el cuerpo de Hannah, de 18 años, la última persona desaparecida del velero que se hundió el lunes pasado en el mar frente a Porticello, en Palermo (Sicilia), tras un fuerte tornado.
Durante la mañana de este viernes, el equipo de buzos se sumergieron a 50 metros de profundidad, donde se encuentra el velero, en búsqueda de la última víctima. Previamente el jueves, habían logrado recuperar el quinto cadáver de los seis desaparecidos.
De acuerdo con reportes, el quinto cadáver recuperado se trata del multimillonario británico Myke Lynch, padre de Hannah, la última persona que se encontraba desaparecida.
Los equipos de búsqueda llevaron el cuerpo a tierra firme para ser trasladado en una ambulancia al cementerio de Portici, en Palermo, donde se encuentran los restos mortales de las otras seis víctimas del naufragio.
La búsqueda duró cuatro días debido a la profundidad, ya que no permitía que los buzos estuvieran más de 12 minutos sumergidos.
La joven fue localizada, al igual que las demás víctimas, fuera de los camarotes, lo que ha hecho pensar que las seis víctimas intentaron salir del velero mientras se hundía.
Las autoridades detallaron que durante la operación de rescate se realizaron 123 inmersiones, para un total de 4 mil 370 minutos.
La Fiscalía de Termini Imerese, que está investigando el naufragio por los delitos de homicidio múltiple y naufragio por negligencia. Asimismo, anunció que habrá una rueda de prensa el próximo sábado para dar detalles sobre la apertura de la investigación.
Queda por esclarecer cómo fue posible que el yate de 56 metros, equipado con las tecnologías y equipos de radar más sofisticados, pudo haberse hundido en pocos minutos como lo demuestran los numerosos vídeos adquiridos por los investigadores en domicilios y en un club náutico situado en la zona.
Una de las hipótesis inicialmente formuladas fue la rotura del mástil, que medía 75 metros, pero las operaciones de rescate habrían demostrado que en realidad está intacto.
Otra es que el barco se llegó a inclinar tanto que el agua entró con fuerza debido a que las escotillas y las compuertas laterales estaban abiertas, a pesar de los avisos de que se acercaba una tormenta.
