Estado de terror

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En lo que va del proceso electoral que arrancó en noviembre pasado, Data Cívica a nivel nacional ha documentado un total de 8 amenazas, 24 asesinatos, 9 secuestros, 11 atentados, 4 ataques armados y una desaparición a candidatos, precandidatos y ex candidatos, con corte al 30 de abril de 2024.

Semejantes números exhiben aquello que sólo el lópezobradorismo, que está compitiendo por un sexenio más de permanencia, con desfachatez se atreve a negar: que pedazos enteros del territorio nacional están bajo el control del crimen organizado, que los gobiernos –unos más, otros menos– pasaron de estar coludidos a estar secuestrados por redituables sistemas delincuenciales, y que como terrible consecuencia sin seguridad no puede haber democracia. Quizá tengamos elecciones competitivas, pero ¿de qué nos sirven si los cárteles votan antes que los electores?

Para el caso del estado de Puebla, si desagregamos la información de Data Cívica, de inmediato nos encontraremos con las catedrales de los sistemas ilegales:

• El primer caso registrado en la entidad, en el marco del proceso electoral 2023-2024, ocurrió el 18 de diciembre en Chietla, se trató de un atentado contra Miguel Ángel Ruiz Sánchez, precandidato de Morena a la presidencia municipal, “sujetos armados en motocicletas le cerraron el paso y le dispararon”.

• El 27 de enero “atentaron con armas de fuego” contra la vida de Porfirio Hernández Aparicio, precandidato de Morena a la presidencia municipal de Jalpan.

• El 15 de marzo se registró el primer secuestro masivo de políticos en Puebla. Cinco morenistas, todos ellos candidatos a regidores por el municipio de Cuetzalan del Progreso, “fueron secuestrados por sujetos armados mientras viajaban en una camioneta”.

• El 23 de marzo, Jaime González Pérez, precandidato a la presidencia municipal de Acatzingo, “fue asesinado por dos sujetos que viajaban en una motocicleta” cuando el morenista circulaba en compañía de sus hijos.

• El 7 de abril, Mario Franco Barbosa, candidato perredista a la presidencia municipal de Ajalpan, fue víctima de un atentado por parte de “sujetos armados que le dispararon cuando circulaba en su camioneta”.

• Finalmente, el 30 de abril, Juan Flores Matías, candidato del Panal a presidente municipal de Tepatlaxco, “fue amenazado de muerte” mediante un par de cartulinas que fueron encontradas a las puertas de su casa de campaña.

A escasos 25 días de la elección del 2 de junio, y después de este recuento de brutalidades; yo les pregunto a los propagandistas del régimen, a los mismos que han calificado de ficción la versión de Eduardo Rivera sobre el móvil político detrás del intento de atentado dirigido contra su familia este fin de semana: ¿acaso estamos ante la más grande operación de montajes, nunca antes vista en Puebla, en el marco de una campaña electoral? No me sorprende que su respuesta sea afirmativa, habla por ellos el tamaño de su inmundicia.