El piloto del avión que se estrelló en Brasil el pasado 9 de agosto, fue enterrado el lunes en Sao Paulo, la primera de las 62 víctimas en ser sepultada, mientras las autoridades siguen trabajando para determinar qué fue exactamente lo que provocó el accidente.
Una carroza que traía el féretro de Danilo Santos Romano se desplazó por las calles de Penha, un vecindario de clase trabajadora en el lado oriental de Sao Paulo, en camino a un cementerio que yace detrás de su apartamento. Familiares y amigos caminaban detrás del vehículo, y docenas de propietarios de tiendas que lo conocían por ser cliente suyo se reunieron en las aceras para aplaudir mientras pasaba. Romano tenía 35 años.
En el choque del viernes murieron 58 pasajeros y cuatro tripulantes. Las tomas del avión desplomándose en barrena horrorizaron a la gente en todo el mundo.
Aún no se determina la causa del accidente. Algunos expertos han mencionado la posibilidad de que hubiese habido una acumulación grave de hielo en las alas, lo que habría provocado que los pilotos perdieran el control de la aeronave, pero el ministro de aeropuertos Silvio Costa Filho les dijo a los reporteros el viernes que Romano y su copiloto no avisaron que harían un aterrizaje de emergencia, ni comunicaron la existencia de ninguna condición climática adversa.
Volaban el ATR 72 bimotor turbohélice para la aerolínea local Voepass, en dirección al aeropuerto de Guarulhos, pero el avión se desplomó en la cercana ciudad de Vinhedo. Romano acababa de cumplir su primer año completo en el puesto de comandante para Voepass, que lo contrató en noviembre de 2022 como copiloto, le dijo la aerolínea a la AP en un comunicado.
Añadió que Romano había acumulado 5.202 horas de vuelo para Voepass, todas en aviones del modelo ATR, el único tipo que posee la empresa.
