El cardenal Angelo Becciu, a quien Francisco quitó los privilegios de purpurado por su implicación en un escándalo financiero por el que fue condenado y que insistía en que podía entrar en el cónclave, finalmente anunció este martes su renuncia a participar en la elección del próximo papa.
“Por el bien de la Iglesia, a la que he servido y continuaré a servir con fidelidad y amor, así como para contribuir a la comunión y serenidad del cónclave, he decidido obedecer como siempre he hecho a la voluntad del papa Francisco y no entrar en el cónclave a pesar de seguir convencido de mi inocencia”, dijo Becciu.
Becciu tomó su decisión tras la congregación general de los cardenales celebrada este lunes, en la que se decidió que el cónclave comience el próximo 7 de mayo, según habían informado los medios.
En las anteriores reuniones de cardenales antes de funeral, el secretario de Estado, Pietro Parolin, había mostrado dos documentos firmados por Francisco que indicaban que Becciu no podía participar en el cónclave.
El responsable de la sala de prensa del Vaticano, Matteo Bruni, había declarado que este lunes los cardenales no habían adoptado “ninguna deliberación por el momento” sobre el ‘caso Becciu’.
Becciu es el primer cardenal juzgado por un tribunal penal del Vaticano, también fue condenado a inhabilitación “perpetua” para ejercer cargos en la Santa Sede.
El escándalo estalló al trascender la compra de un edificio en Londres, en Sloane Avenue, una antigua sede de las galerías Harrods en el exclusivo barrio de Chelsea.
Además, durante el proceso surgieron otros delitos financieros cometidos presuntamente por Becciu, como las donaciones de 125 mil euros que el cardenal ingresó en la cuenta de una asociación, vinculada a la Cáritas sarda de Ozieri, su lugar natal, y que en ese momento presidía uno de sus hermanos.