El Gobierno de Venezuela tachó de “patética” y “ridícula” la recompensa de 50 millones de dólares ofrecida por Estados Unidos a cambio de información que conduzca al arresto del presidente Nicolás Maduro. Este anuncio fue realizado el jueves por la fiscal general estadounidense, Pam Bondi, y representa el doble de la cifra ofrecida en enero de este año.
En un mensaje en Telegram, el canciller venezolano, Yván Gil, calificó la recompensa como una “burda operación de propaganda política” y una “cortina de humo ridícula”.
Gil afirmó que mientras su gobierno trabaja en desmantelar tramas terroristas orquestadas desde Estados Unidos el anuncio de Bondi busca distraer la atención de otros temas, como el caso del fallecido delincuente sexual Jeffrey Epstein.
Bondi justificó la recompensa al describir a Maduro como uno de los narcotraficantes más grandes del mundo y una amenaza para la seguridad nacional del país norteamiericano. Según la fiscal, el mandatario venezolano, ha sido vinculado a organizaciones criminales y narcotraficantes.
La recompensa de 50 millones de dólares supera a las ofrecidas anteriormente por figuras como Osama Bin Laden y Saddam Hussein. Este incremento se produce en un contexto donde Estados Unidos ha intensificado su enfoque hacia el gobierno de Maduro, especialmente tras un acuerdo reciente que permitió la liberación de estadounidenses detenidos en Venezuela.
Por su parte, el ministro del Interior venezolano, Diosdado Cabello, descalificó las acusaciones de narcotráfico, afirmando que son “una gran mentira” y que el cartel de los Soles, mencionado por EE.UU., es un “invento”. Las autoridades venezolanas han negado repetidamente cualquier vínculo con el narcotráfico, argumentando que las incautaciones de drogas en el país han sido significativas.
La situación actual se enmarca en un contexto de tensiones políticas y diplomáticas entre Venezuela y Estados Unidos, donde las acusaciones de narcotráfico y violaciones de derechos humanos han sido recurrentes.