La noche antes de su muerte, Ozzy Osbourne mandó un mensaje a su compañero de banda, Tony Iommi, revelando su cansancio. Este mensaje se volvió una señal precursora de la tragedia que pronto se desataría.
“Cuando recibí su mensaje el día anterior diciendo que estaba cansado y que realmente no tenía energía, pensé: ‘Oh, cielos’. Era raro escucharlo así, sabiendo los problemas de salud que ya enfrentaba”, compartió Iommi en una reciente entrevista.
La muerte de Ozzy fue un verdadero shock para todos, especialmente para Iommi, quien no podía creer lo ocurrido. “Quiero decir, cuando lo escuché ayer, no lo podía asimilar. Pensé: ‘No puede ser’. Simplemente, parecía irreal, surrealista”, relató.
Durante los ensayos para su último show, ‘Back to the Beginning’, Iommi notó que Ozzy no estaba en su mejor forma. “No queríamos que estuviera todos los días en los ensayos, porque era demasiado. Así que lo traían, se sentaba y cantaba algunas canciones. Luego hablábamos de tonterías y nos reíamos”, añadió.
El evento no solo fue un adiós a Osbourne, sino también el cierre de un capítulo para Black Sabbath. El último concierto marcó el final de la banda que definió el género del metal, y aunque hubo risas, la tristeza era innegable.
La influencia de Ozzy en la música no puede ser subestimada. Su legado perdurará en la historia del rock, aunque su partida deja un vacío en el corazón de sus fans y colegas. La noticia de su fallecimiento ha resonado en la comunidad musical, recordándonos la fragilidad de la vida y la magnitud del impacto que tuvo en el mundo del rock.