El Tribunal Supremo de Estados Unidos ha decidido, por un voto de 6-3, respaldar la ley del estado de Tennessee que prohíbe a los menores trans acceder a bloqueadores de pubertad y tratamientos hormonales. Esta decisión representa un retroceso significativo para los derechos de las personas trans en el país, ya que otras medidas similares han sido aprobadas en más de 20 estados.
Las tres magistradas liberales del tribunal, Sonia Sotomayor, Elena Kagan y Ketanji Brown Jackson, disintieron en la decisión, argumentando que esta acción causa un daño irreparable a la cláusula de igual protección y promueve la discriminación contra los menores trans. Sotomayor expresó su preocupación, señalando que hasta un tercio de los menores trans intentan suicidarse dentro de un año escolar.
Durante las audiencias, los jueces conservadores manifestaron dudas sobre su capacidad para legislar en temas de identidad de género, incluso cuestionando la permanencia del ser trans. La ley de Tennessee, aprobada en marzo pasado, pretende proteger a los menores, pero también permite tratamientos para condiciones médicas específicas, lo que resalta su enfoque tránsfobo.
Este fallo se suma a una serie de ataques contra la comunidad trans, impulsados en parte por la administración del presidente Donald Trump. Los expertos advierten que tal decisión podría inspirar a otros estados a implementar o reforzar leyes antitrans.