Como ya es costumbre cada año, miles de poblanos se dieron cita desde horas antes del tradicional Grito de Independencia para disfrutar los antojitos mexicanos y ser parte del folclor que inunda una fecha tan especial para los mexicanos.
A partir de las 19:00 horas, la plancha del Zócalo de Puebla comenzó a llenarse de personas que acudieron a acompañar al gobernador del estado, Alejandro Armenta, quien dio el Grito desde el balcón del Palacio Municipal.
Paralelamente, sobre Avenida Reforma, a la altura del 3 Sur, se instalaron numerosos puestos de comida típica como chalupas, elotes, chileatole, tacos de asada, quesadillas y memelas, con precios que oscilaron entre 25 y 60 pesos, atrayendo a familias y visitantes.
Mientras tanto, en la zona del Paseo Bravo, asistentes de Puebla y otros estados como Chiapas, Oaxaca, Morelos, CDMX, Veracruz e Hidalgo ingresaban poco a poco a la Avenida Juárez para presenciar el concierto de Julión Álvarez, que comenzó a la medianoche.
Doña Tere, originaria de Jojutla, Morelos, explicó que no le importó hacer fila por más de tres horas acompañada de su familia, pues nunca había visto al cantante y consideró que valía la pena la espera, incluso frente a la posibilidad de lluvia.
Te puede interesar: Alejandro Armenta y Pepe Chedraui encabezan primer Grito de Independencia
“Nunca he visto a Julión, vale la pena esperar unas horas, canta muy bonito y nunca lo he visto en un palenque… Me hice tres horas y media desde Jojutla, solo para verlo”, declaró.
Para los poblanos, ser mexicano es sentirse orgulloso en todos los aspectos por su himno nacional, su bandera, la historia que se ha forjado a lo largo de los años y, principalmente, como se sabe, ser solidarios en diversas situaciones.
“Me siento orgullosa de ser mexicana; cuando se oye el himno nacional, se me eriza la piel y es un sentimiento indescriptible… Día a día debemos sentirnos orgullosos de ser parte de México”, expresó una poblana.
Después de la arenga del gobernador Armenta, algunos poblanos se dirigieron a la zona del Paseo Bravo para disfrutar del concierto; otros se quedaron en la plancha del Zócalo a disfrutar de las actividades y buscar algo de comer, mientras otros más regresaron a sus hogares, concluyendo así un año más del tradicional Grito de Independencia.
Editor: César A. García
