El gobierno de Nueva Zelanda indemnizará con tres millones dólares a un hombre que pasó casi 18 años en la cárcel por un crimen que no cometió.
En 1986, Alan Hall fue condenado a cadena perpetua por apuñalar mortalmente a un hombre durante un allanamiento de morada en Auckland.
A pesar de no haber pruebas forenses que vincularan a Hall con el crimen y que los testigos declararan que el responsable era otra persona, fue declarado culpable.
En 1994, Hall recibió la libertad condicional, pero en 2012 volvió a ser encarcelado por violar las condiciones de su libertad. En 2022, fue excarcelado e indultado.
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Tras su liberación, la Corte Suprema de Nueva Zelanda admitió que el juicio inicial fue injusto y evidenció bien una “incompetencia extrema“.
Ante esta situación, el Gobierno de Nueva Zelanda ofreció una compensación de 4.9 millones de dólares neozelandeses (unos 3 millones de dólares estadounidenses).
“El Gobierno neozelandés se disculpa sin reservas por su condena y encarcelamiento equivocados”, apuntó la ministra de Justicia, Deborah Russell.
Por su parte, la familia de Hall declaró que se siente aliviada de haber limpiado su nombre, pero el dinero no suplirá el tiempo perdido, pues recordaron que tenía 24 años cuando fue arrestado y ahora tiene 61.
Por Redacción
Editora: Brenda Balderas
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