El icónico vocalista de Black Sabbath, Ozzy Osbourne, ofreció este sábado su último concierto en Birmingham, su ciudad natal, acompañado por los miembros originales de la banda. La emotiva despedida marcó el cierre de una era para el heavy metal.
A sus 76 años, Ozzy cantó sentado en un trono diseñado especialmente para la ocasión. Lo acompañaron figuras legendarias del género como Metallica, Pantera, Guns N’ Roses, y los integrantes originales Tony Iommi, Geezer Butler y Bill Ward.
Durante el concierto, Osbourne agradeció al público con un sentido “I love you”, y cerró con su himno “Paranoid”, en un ambiente cargado de nostalgia y homenaje al metal clásico.
El actor Jason Momoa, fanático del género, fue el conductor del evento y disfrutó desde las primeras filas. La alineación original de Black Sabbath no se presentaba junta desde hace más de 20 años, y esta reunión fue para despedir a Ozzy y celebrar su legado.
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El concierto atrajo a seguidores de todas las edades y de distintas partes del mundo, quienes expresaron su emoción al ver al “Príncipe de las Tinieblas” vulnerable pero firme en su despedida.
Además de Black Sabbath, participaron músicos legendarios como Tom Morello (Rage Against the Machine), Steven Tyler (Aerosmith), Ron Wood (Rolling Stones) y Brian May (Queen), en lo que algunos llamaron “el mayor concierto de metal de todos los tiempos”.
Las entradas se agotaron en 16 minutos, con precios que llegaron hasta 560 dólares. Lo recaudado fue destinado a organizaciones como Cure Parkinson’s y el Hospital Infantil de Birmingham.
Con más de 75 millones de discos vendidos, Black Sabbath y Ozzy Osbourne dejaron una huella imborrable con clásicos como “Paranoid”, “Iron Man” y “War Pigs”. Su despedida en vivo marca el fin de una era, aunque su música seguirá resonando en generaciones futuras.
