Un ataque aéreo de Estados Unidos contra el puerto petrolero de Ras Isa, controlado por los rebeldes hutíes en Yemen, dejó al menos 74 muertos y 171 heridos, según informó el grupo insurgente estte viernes 18 de abril, marcando el incidente más letal desde que el presidente Donald Trump inició su campaña militar.
El Mando Central estadounidense justificó la ofensiva señalando que buscaba eliminar una fuente clave de combustible para los hutíes, respaldados por Irán, y privarlos de los ingresos ilegales que financian sus “operaciones terroristas” en la región desde hace más de una década.
El ataque provocó una gran explosión e incendios, por lo que se difundieron imágenes de las víctimas y afirmaron que el bombardeo afectó principalmente a trabajadores civiles y paramédicos presentes en el puerto.
El puerto de Ras Isa, ubicado en la gobernación de Al Hudayda, es estratégico para el suministro de combustible en las zonas bajo control hutí y forma parte de un conjunto de puertos que manejan aproximadamente el 70% de las importaciones y el 80% de la ayuda humanitaria a Yemen.
Los hutíes denunciaron el ataque como una violación flagrante de la soberanía y un ataque directo contra el pueblo yemení, subrayando que se trató de una instalación civil vital que ha servido a la población durante décadas.
