El obispo poblano, Gilberto Valbuena Sánchez, murió este día a los 92 años de edad, así lo informó la Arquidiócesis de Puebla al tiempo de lamentar su deceso en un comunicado que se reproduce íntegro a continuación.
Gilberto nació en Chietla, Puebla, el 4 de febrero de 1929 y antes de morir cumplía su función como emérito de Colima.
Fue hijo de Jesús Valbuena y Elvira Sánchez. Estudió en el Seminario Palafoxiano y fue ordenado sacerdote el 21 de mayo de 1955. Ejerció su ministerio en el Seminario Palafaxiano y como párroco de Izúcar de Matamoros.
El 9 de diciembre de 1972 fue nombrado Obispo Titular de Vazari Didda y Auxiliar de la Diócesis de Tacámbaro, Mich., y el 8 de febrero de 1973 recibió la consagración episcopal.
El 1 de marzo de 1976 fue designado Vicario Apostólico de La Paz, para posteriormente, el 29 de marzo de 1988, ser nombrado el primer Obispo de la Diócesis de La Paz, Baja California.
Llega a la Diócesis de Colima
Posteriormente, fue nombrado para la Diócesis de Colima como su noveno obispo, el 8 de julio de 1989, tomando posesión de la misma el 31 de agosto de 1989.
Su ministerio pastoral se caracterizó por un fuerte impulso a la pastoral de conjunto y la revitalización de las estructuras eclesiásticas, como la Parroquia, las Zonas Pastorales y el Presbiterio. Pero su preocupación principal fue la formación sacerdotal en su triple fase de: pastoral vocacional, formación básica o inicial en el Seminario y formación permanente en la vida y el ministerio sacerdotal.
Gracias a su dinamismo se terminó la construcción del Seminario Mayor en El Cóbano y se construyeron edificios nuevos para el Seminario Menor. También construyó la Casa de Espiritualidad “San José” en Suchitlán, y remodeló el edificio del Obispado.
Otra obra importante fue la fundación del Instituto de Teología para Laicos, en septiembre de 1990, y la remodelación del edificio donde funciona y que es también sede del Secretariado Diocesano de Evangelización y Catequesis.
Al cumplir los 75 años de edad, el Papa Benedicto XVI le aceptó la renuncia por edad canónica, el 9 de junio de 2005.
Trabajó como confesor en Puebla
Como obispo emérito, Mons. Gilberto vivió en la Ciudad de Puebla, apoyando en la Catedral como confesor y celebrando la santa Eucaristía. En tiempo de Mons. Rosendo Huesca, apoyó como Vicario Episcopal de Religiosos y Religiosas; después, al asumir la Arquidiócesis, Mons.
Víctor Sánchez Espinosa le pidió que apoyara en el Consejo de Asuntos Económicos. Recientemente, convivió unos meses con los presbíteros de la Casa del Sacerdote y posteriormente se trasladó a la Casa de espiritualidad de El Cerrito, en Cholula, Puebla.
Expresamos nuestras condolencias a las hermanas diócesis de Tacámbaro, La Paz y Colima; a sus familiares y al presbiterio de Puebla; asimismo, elevamos nuestras oraciones para que Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote, le conceda el premio eterno por su servicio y entrega a la Iglesia, durante 66 años en el sacerdocio y 48 años en el ministerio episcopal.
Descanse en paz.
“Dios llama a quien quiere, cuando quiere y como quiere, y el recordar el pasado es para decirle al Señor gracias, para vivir el presente y aspirar con esperanza hacia el futuro. Ahora estoy alegre, con gratitud por las cosas buenas que he hecho, con la ayuda de Dios, y siempre pensando qué es lo que no he hecho por falta de generosidad y qué bueno que el Señor me permite todavía reparar. Estoy muy contento con mi sacerdocio, pero hay cosas, que uno por más que le haga no puede estar a la altura de tu vocación, siempre hay cosas que hacer para gloria del Señor”. Mons. Gilberto Valbuena
Por Redacción
Editor: Iván Betancourt
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