El mexicano Manuel Guerrero Aviña fue sentenciado a seis meses de prisión luego de ser detenido por posesión de sustancias ilícitas y estupefacientes el pasado febrero en Qatar.
Este miércoles las autoridades qataríes aclararon que la detención y condena del mexicano fue por posesión de sustancias ilegales y no por su orientación sexual, como lo había sostenido la familia del agravado, afirmando con falsas acusaciones los motivos legales de su detención.
Desde su aprehensión, la familia de Guerrero Aviña y otras organizaciones, como Amnistía Internacional, han afirmado que el mexicano habría sido detenido por su orientación sexual y que ocurrió poco después de que aceptara reunirse con otro hombre a través de la aplicación de citas ‘Grindr’.
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Ante estas acusaciones, autoridades qataríes declararon que no se tuvo en cuenta ningún otro factor a la hora de proceder con la detención, y que el mexicano ha sido tratado con respeto y dignidad durante toda su detención. Además, apuntaron que en Qatar hay “leyes estrictas contra la posesión y distribución de drogas ilegales, y que las autoridades trabajan continuamente para combatir el problema. Qatar no es diferente de otros países en este sentido”.
Por otro lado, pese a los delitos cometidos por Aviña, la sentencia no es firme y se pide que el acusado no salga del país hasta que no se cubra el monto total de la multa impuesta equivalente a 50 mil pesos mexicanos.
Sin embargo, al menos tres organizaciones no gubernamentales, incluida Amnistía Internacional, pidieron a Qatar que anule esta condena de seis meses por exponerlo a situaciones inhumanas, ya que durante el mes que estuvo en prisión le hicieron estar más de un día sin consumir agua y careció la mayor parte del tiempo de acceso a su tratamiento, ya que es una persona que vive con VIH.
El mexicano fue puesto en libertad provisional el pasado 18 de marzo, bajo una prohibición de viajar al exterior, lo que ha puesto en peligro su vida, ya que los medicamentos específicos para el VIH que tomaba antes de su detención no están disponibles en Catar, dijeron las ONG.
Por redacción
Editora: Diana González
