Los hermanos Menendez están listos para presentar sus solicitudes de libertad condicional a partir de esta semana, luego de estar casi tres décadas en prisión.
Erik y Lyle Menendez fueron sentenciados en 1996 a cadena perpetua por matar a sus padres, José y Kitty Menendez, en 1989. Sus abogados argumentaron defensa propia por abuso sexual, mientras que fiscales imputaron el crimen a una motivación económica.
En mayo pasado, un juez de Los Ángeles redujó sus sentencias a 50 años, lo que los hizó elegibles para libertad condicional bajo la ley de California. Ambos serán evaluados de forma individual por un panel designado por el gobernador.
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Erik tendrá audiencia el jueves 21 de agosto y Lyle el viernes 22 de agosto, mediante videoconferencia desde la prisión en San Diego. La junta estaudiará si representan un riesgo para la sociedad considerando su historial y comportamiento en prisión.
En caso de que la junta apruebe su libertad condicional, pasarán meses antes de su posible salida. El caso se revisará legalmente y el gobernador Gavin Newsom tendrá la última palabra.
El abogado de los hermanos Menendez pidió liberar a Erik en abril tras una grave condición médica, no obstante, retornó a prisión.
