La sonda no tripulada Chang’e-6, de origen chino sorprendió al mundo tras capturar imágenes del lado oculto de la Luna desde la superficie del astro, luego de su aterrizaje en la cuenca Antártica-Aitken este 2 de junio.
Para que la sonda recolectara las muestras, utilizó un taladro y un brazo robótico y resistió sin problema alguno a las altas temperaturas en el lado oscuro del astro, al cual difícilmente se tiene acceso pues es un lugar extremadamente desafiante para el aterrizaje de naves espaciales, ya que la Luna orbita centrada en la Tierra, por lo que esta parte siempre se encuentra de espaldas a nuestro planeta.
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Después de completar la recolección, la bandera nacional de China fue izada por primera vez en el costado oculto de nuestro satélite natural, la cual fue construida a partir de fibras de roca volcánica de basalto y podría durar en la Luna durante mil años, según la Administración Espacial Nacional de China (CNSA).
Esta misión histórica está en camino de regresar a la Tierra y marca un avance enorme, no solo para el programa espacial de China, sino también podría revelar los secretos de la antigua historita de la Luna.
Por redacción
Editora: Diana González
