Una institución religiosa en Rio Grande do Sul en Brasil, intentó inaugurar el mayor santuario dedicado a Lucifer, el pasado 13 de agosto, sin tener éxito debido a una clausura por parte de las autoridades locales.
El templo cuenta con una estatua de cinco metros que representa a Lucifer, y buscaba albergar rituales de demonolatría, un culto centrado en la alta magia negra, en Gravataí, en la Región Metropolitana de Porto Alegre.
Tatá Hélio de Astaroth, uno de los fundadores del santuario, destacó que no se utilizaron fondos públicos para la construcción del espacio.
“No hace falta un libro escrito. Hay tradición y conocimiento. Pero estamos completando la Biblia del Diablo, que debería publicarse próximamente”, afirmó Tata Hélio.
“Para nosotros son dioses que las iglesias cristianas acabaron demonizando porque estas, buscaban un enemigo, a quien culpar de las fallas humanas”, afirmó este vecino de Gravataí de 43 años, tambien añadió que el “bien y el mal están dentro de cada uno” y que ellos no promueven un culto a la maldad.
Tras ser interrogado, el Ayuntamiento de Gravataí afirmó que no existen recursos públicos vinculados a la construcción del espacio. Además, que la administración municipal no tenía conocimiento de la creación de un santuario dedicado a Lucifer en la ciudad.
En medio de la polémica, un tribunal prohibió de forma cautelar la inauguración, prevista para la madrugada de este miércoles, con pena de multa diaria de 50 mil reales después de un pedido del Ayuntamiento de Gravataí.
La decisión judicial se basó en la falta de permisos de funcionamiento del lugar y también citó la “inseguridad generada ante la gran repercusión” de la noticia.
