El modelo de producción privada financiada por el Estado fracasó, ya que no es posible acceder a un crédito para la vivienda para la gran parte de la población trabajadora, debido a los incrementos en los precios de las casas y las pocas formas de financiamiento, además que hay un alto porcentaje de la población en la informalidad que no permite acceder al mismo.
Así se indica en el primer Informe de Vivienda del Observatorio de Salarios de la Ibero Puebla, en el que analizaron los niveles de pobreza con la vivienda.
Mar Estrada Jiménez, coordinadora de la licenciatura en Economía y Finanzas de la Ibero Puebla explicó que los bajos salarios perpetúan las desigualdades, afectan negativamente la salud, educación y calidad de vida, así como mejorar los ingresos familiares.
Lo anterior, ya que los ingresos bajos obligan a las familias a vivir en espacios reducidos y sin contar con servicios básicos, o en lugares en condiciones de deterioro, además que la localización no es adecuada, ya que el precio de suelo es más alto en donde las viviendas sí tienen acceso a servicios.
En México el 53 por ciento de la población tiene intención de comprar una casa a través de un préstamo formal o recursos propios, 37.8 por ciento a través de un crédito de Infonavit y el 12.2 por ciento un crédito en una institución privada.
El 56 por ciento planeaba construir una casa vivienda, el 37.9 comprar una casa nueva o usada y 7.7 rentar, sin embargo el crédito para la vivienda no es suficiente ya que es necesario estar dentro del mercado formal.
Antonio Padilla Santiago indicó que la mitad de la población en el país gana menos de dos salarios mínimos e ingresos menores a los 10 mil 372 pesos mensuales por vivienda.
En Puebla hay 3 mil 320 viviendas nuevas con un monto promedio de 1 millón 134 mil 870 pesos y 2016 casas usadas con un monto de 1 millón 287 mil 350 pesos, lo que ubica a la entidad como una de las que más caro es comprar un inmueble, a pesar de tener los ingresos más bajos en el país.
Por otra parte, en Puebla acceder a una vivienda para los jóvenes es complicado, ya que el 60 por ciento se encuentra en la informalidad y los que tienen un trabajo formal, el 63 por ciento entre 15 y 19 años gana hasta un salario mínimo y 54 por ciento de 20 a 29 años.
Por lo anterior, las investigadoras indicaron que es necesaria la vivienda para bajos ingresos, además de requerir un estudio o diagnóstico para definir espacios óptimos y dignos.
Sobre el programa federal de vivienda que se podría implementar en el país, consideraron que es una propuesta tímida ya que se enfoca en la construcción de vivienda formal, pero deja afuera a la población que opta por la autoconstrucción.
Recordó que las viviendas tienen que estar en espacios viables, ya que alejados es más barato para los constructores, pero para la gente incrementa los gastos en transporte y alimentos.
Editor: Renato León Aranda
