Por Patricia Estrada
“Atole con el dedo” nos recetan Morena y el Partido del Trabajo para que participemos en la consulta del 1 de agosto. ¡Por favor! Demagogia barata, pérdida de tiempo, charlatanería disfrazada de democracia para gastar en el capricho presidencial de someter a voto popular si queremos enjuiciar o no a los ex presidentes de México y ex funcionarios corruptos.
Las senadoras Geovanna Bañuelos de la Torre y Alejandra del Carmen León Gastélum han solicitado a la Secretaría de Gobernación que ceda al INE los tiempos correspondientes al Estado en radio y televisión, a fin de ampliar la difusión de este ejercicio de participación ciudadana.
“La consulta popular representa una importante herramienta de la democracia… Es la oportunidad de dar un grito fuerte y claro para aquellos que se sienten intocables”, señalaron las legisladoras. El gobierno de la 4T no ha dado golpes certeros contra aquellos que agraviaron a la nación con negocios ilícitos y criminales, por eso promueve esta faramalla política.
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De acuerdo a las senadoras, para esta consulta solo se emitirán 212 spots en radio y televisión por cada uno de los 3 mil 492 concesionarios o permisionarios, por lo que en total se estarían transmitiendo 377 mil 066 mensajes promocionales.
Para que los resultados de la consulta sean vinculantes – cuyo costo asciende a 528 millones de pesos- se requiere la participación de más del 40% de la lista nominal de electores, lo que significa más de 37 millones de personas. El INE tendrá que instalar 59 mil casillas en todo el país.
No hace falta ser experto político para anticipar los siguientes escenarios y repercusiones (apliquemos una dosis de sentido común): Si la consulta alcanza o rebasa el número de participantes, AMLO y sus partidos aliados dirán que contra todo pronóstico, el reclamo de la gente será atendido, apuntándose un triunfo político y de popularidad – sin establecer ni cómo ni cuándo piensan meter a la cárcel a Fox, Calderón, Peña Nieto y sus compinches-.
Si la consulta fracasa, dirán que los fifís de la derecha neoliberal, catalogados recientemente como “aspiracionistas/egoístas” fueron otra vez manipulados por la campaña de desprestigio hacia el gobierno federal que prevalece en los medios de comunicación, una justificación similar al descalabro electoral de Morena el pasado 6 de junio.
Suerte con el engaño de que ahora sí el Presidente de México “paladín de la justicia” tendrá elementos para aplicar la ley contra los corruptazos del pasado. Ahí me cuentan, tres años después, a qué supo el “atole con el dedo”.
