La legendaria espada medieval de Durandal de Roldán localizada en un pueblo francés de Rocamadour, fue robada de la roca en la que permaneció enterrada por más de 1300 años en un santuario de acceso limitado.
Las autoridades continúan investigando los hechos, ya que la espada de gran aprecio histórico, se encontraba a 10 metros del suelo, enterrada y encadenada justo al lado de la capilla de la Virgen Negra, lugar prácticamente inaccesible.
Por su parte, la alcaldesa de Rocamadour, Dominique Lenfant, reconoció que la espada estaba incrustada “a poca profundidad” y era pequeña, de unos 80 centímetros de largo“.
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“Vamos a extrañar a Durandal. Ha sido parte de Rocamadour durante siglos y no hay guía que no la señale cuando la visita. Rocamadour se siente despojado de una parte de sí mismo, pero aunque sea una leyenda, los destinos de nuestro pueblo y esta espada están entrelazados”, expresó la alcaldesa a un periódico francés.
Los habitantes de la localidad aseguran que el arma medieval era nada menos que Durandal, la famosa espada del caballero Roldán, quien luchaba contra los bretones. Según la leyenda, Roldán recibió el Durandal de manos de Carlomagno, a quien se lo había dado un ángel.
El arma recorrió cientos de kilómetros y finalmente se incrustó en la pared rocosa de Rocamadour, en donde se encontraba hasta su reciente desaparición.
Por redacción
Editora: Diana González
