La lamentable farsa

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“Hegel observaba en alguna parte que todos los grandes hechos y personajes de la historia universal acontecen, por así decirlo, dos veces. Olvidó añadir que, una vez, como gran tragedia, y la otra como lamentable farsa”.
Karl Marx

Era el 5 de febrero de 2014: mientras el presidente Enrique Peña Nieto estaba haciendo honor a las exequias de la Constitución de 1917 en el Teatro de Querétaro; Andrés Manuel López Obrador, el eterno candidato incómodo de oposición, acompañado por Martí Batres y Bernardo Bátiz, acudieron a la Procuraduría General de la República (PGR) a “presentar una demanda por traición a la patria”, basada en una interpretación maniquea de la legislación vigente.

Desde luego el hecho se tomó como una puntada más de la “honestidad valiente” de Andrés Manuel; un acto dirigido al templete y diseñado para darse baños de pureza frente a sus fieles.

El pasado no deja de ser curioso. Por entonces se hablaba fuerte y claro de “juzgar a los expresidentes”; quién diría que cuando Andrés Manuel se convirtió en presidente se negaría rotundamente a cumplir su compromiso de campaña más sagrado, al grado de declarar, recientemente y sin ruborizarse: “yo respeto al expresidente Peña Nieto”.

¿Acaso ese acto de “piedad” no lo convierte en cómplice? ¿Por qué Andrés Manuel no reactivó la denuncia, que él mismo presentó en 2014, cuando se convirtió en el principal inquilino de Palacio Nacional? ¿Cuántos votantes hubiera perdido si su hipocresía se hubiera revelado antes de lo previsto?

Como quiera que sea, hoy el numerito goza de buena salud. Pero como ya no está Peña Nieto, el nuevo chivo expiatorio resultaron ser 222 diputados que votaron en contra del dictamen de reforma eléctrica producto de una iniciativa presidencial.

Este domingo en la Alameda Central, a unos pasos del Hemiciclo, Mario Delgado alcanzó a vociferar una sentencia que no pasaría la prueba del republicanismo juarista: “El pueblo de México va a decidir si presentamos ahora nosotros una nueva denuncia en contra de estos traidores, que se hagan responsables de sus actos, y que le rindan cuentas a la historia de nuestro país, así que vamos a iniciar esta consulta”.

De los creadores de la fallida consulta a para juzgar a los expresidentes llega este Verano, en todos los Cines Bienestar: “la consulta para juzgar a los diputados vendepatrias”. ¿Acaso piensa Morena meter a la cárcel a toda la oposición? Siendo el caso, López Obrador se convertiría en el nuevo Victoriano Huerta alejándose para siempre del venerado Lázaro Cárdenas.

Desde luego no pasará absolutamente nada: “mucho ruido y pocas nueces”, como diría Shakespeare. Morena, Citlali Hernández, Mario Delgado, Ignacio Mier y el resto de la secta sólo intentan capitalizar el escándalo y montar un espectáculo al gusto de su base dura de votantes. En todo caso lo único lamentable es que, en México, desde hace muchos sexenios se compite por el poder político desde la farsa y el escarnio.

Por Enrique Huerta