El mundo de la lucha libre está de luto tras el fallecimiento de Hiroaki Hamada, conocido como Gran Hamada, una figura destacada de este deporte en México y Japón. A los 74 años, el luchador japonés perdió la batalla contra una enfermedad que lo aquejaba desde hace varios meses, dejando un legado imborrable en los cuadriláteros.
Gran Hamada, nacido el 27 de noviembre de 1950 en Maebashi, Japón, inició su carrera en la década de 1970 con la New Japan Pro-Wrestling (NJPW). Sin embargo, su estatura de 1.68 metros lo llevó a buscar nuevas oportunidades en México, donde adoptó el estilo de lucha libre mexicano y se convirtió en una estrella. Fue en tierras aztecas donde recibió el apodo de Gran Hamada.
En México, Hamada se enfrentó a leyendas como El Santo, El Perro Aguayo, René Guajardo y Aníbal, con quien sostuvo una de sus rivalidades más memorables. Además, fue campeón en múltiples categorías, incluyendo el Campeonato Mundial de Peso Medio de la NWA y el Campeonato de Parejas de la WWF junto al Perro Aguayo.
Gran Hamada no solo destacó como luchador, sino también como promotor del intercambio cultural entre México y Japón.
En sus últimos años, Gran Hamada enfrentó serios problemas de salud. En noviembre de 2024, fue hospitalizado y sometido a dos cirugías, una de las cuales implicó la apertura de su garganta y abdomen. Aunque mostró mejoría y fue dado de alta el 30 de enero de 2025, su estado se deterioró rápidamente, llevándolo a su fallecimiento este el 14 de febrero.
Su hija Ayako Hamada, también luchadora, confirmó la noticia a través de redes sociales, donde recibió condolencias de figuras dentro de la lucha libre nacional.
Gran Hamada no solo dejó huella en el ring, sino también en su familia. Sus hijas, Ayako y Xóchitl Hamada, siguen activas en la lucha libre, manteniendo vivo el “apellido” que inmortalizó su padre.
