Las autoridades sanitarias de Cuba informaron este viernes que 55 personas han fallecido debido a un brote epidémico conjunto de dengue y chikungunya, enfermedades virales transmitidas por mosquitos que afectan a la isla.
La viceministra de Salud, Carilda Peña, detalló que 37 decesos se atribuyen al chikungunya y 18 al dengue.
Peña explicó que el dengue tiene un comportamiento endémico en el país, pero que el virus del chikungunya se introdujo aproximadamente en julio, posiblemente a través de una persona infectada. Dado que la población cubana no tenía inmunidad previa contra esta última enfermedad, que sí había afectado a otras naciones de la región en la década pasada, su propagación fue rápida.
La viceministra estimó que alrededor de 47 mil personas han padecido chikungunya y más de 30 mil dengue, aunque reconoció que el registro podría no coincidir con la realidad debido a que no todos los afectados acuden a los centros médicos.
Pese a la gravedad del brote, Peña aseguró que la situación “va hacia un control”, señalando una disminución en los casos con síndrome febril inespecífico en las últimas siete semanas. La tasa de incidencia de casos sospechosos de dengue la semana pasada fue de 15 por cada 100 mil habitantes, lo que equivale a aproximadamente mil 440 nuevos infectados en una población de 9.6 millones.
Las autoridades sanitarias vinculan la propagación de la epidemia con factores climáticos, incluido el paso del huracán Melissa. Paralelamente, reconocen que la grave crisis económica limita las capacidades de prevención, control y atención médica.
El gobierno ha retomado programas intensivos de fumigación en hogares, centros de trabajo y vías públicas para combatir a los mosquitos, y comenzó un ensayo clínico con un medicamento de producción nacional llamado Jusvinza, diseñado para tratar las secuelas persistentes del chikungunya.






