El 13 de febrero de 2025 se reportó que tres niños fallecieron en la comunidad de San Cayetano, municipio de El Bosque, en el estado de Chiapas, tras consumir pan envenenado que, según reportes, fue colocado para controlar la población de perros callejeros.
Los menores, de 6, 8 y 10 años, encontraron el pan envenenado tirado en la vía pública y lo consumieron sin saber que estaba contaminado. Horas después, comenzaron a presentar síntomas como malestar general, espuma en la boca y convulsiones, lo que llevó a su fallecimiento a pesar de los esfuerzos de sus familiares por salvarlos.
Según los habitantes de la comunidad, las autoridades locales habían autorizado la colocación de pan con veneno para erradicar a los perros callejeros, considerados un “problema de salud pública”. Sin embargo, el pan no fue debidamente retirado o señalizado, lo que permitió que los niños lo encontraran y lo consumieran.
Se detuvo a dos funcionarios locales, identificados como Martín “N” y Bartolo “N”, quienes están siendo investigados como presuntos responsables del incidente.
El gobernador de Chiapas, Eduardo Ramírez Aguilar, lamentó el suceso y aseguró que se tomarían medidas para evitar que hechos similares se repitan. También se destacó la necesidad de reforzar las políticas de manejo de sustancias tóxicas y de sensibilización en las comunidades.
La Fiscalía General del Estado de Chiapas inició una investigación para esclarecer los hechos y determinar responsabilidades. Se informó que se abrió una carpeta de investigación y se conformó un grupo interdisciplinario para llevar a cabo las diligencias necesarias.
La Comisión Estatal de los Derechos Humanos expresó su solidaridad con las familias afectadas y exigió una investigación exhaustiva para garantizar justicia.
Los cuerpos de los menores fueron trasladados a Chenalhó, su lugar de origen, donde fueron sepultados de acuerdo con las costumbres locales. Los familiares envolvieron los cuerpos en sábanas blancas y los colocaron en ataúdes para el entierro.
