Una megaoperación policial en Río de Janeiro, Brasil, dejó al menos 56 personas muertas y decenas de detenidos tras enfrentamientos intensos en varias favelas de la ciudad. Las autoridades describieron la acción como una de las mayores contra el crimen organizado en años recientes y movilizaron un amplio contingente de fuerzas de seguridad.
Los choques se produjeron en puntos clave como los complejos de Penha y Vila Cruzeiro, donde las bandas armadas ofrecieron resistencia con armas pesadas y ataques coordinados. Testigos y medios locales reportaron uso de granadas y enfrentamientos prolongados que obligaron a reforzar la presencia policial.
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El gobierno estatal solicitó apoyo de las Fuerzas Armadas para contener la violencia, mientras imágenes y testimonios mostraron filas de detenidos escoltados por agentes y vehículos blindados a la entrada de las favelas. Habitantes denunciaron cortes de suministro, desplazamientos temporales y un fuerte impacto en la vida cotidiana de las comunidades intervenidas.
La jornada puso de relieve la capacidad de las facciones para desafiar el control estatal y la complejidad de una respuesta que combina policía, tecnología y apoyo castrense. Las autoridades prometieron continuar las acciones y abrir investigaciones internas para esclarecer responsabilidades y reducir el impacto sobre la población civil.
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