“Han pasado 11 años desde ese 2014”. Con este doloroso recordatorio inició en la IBERO Puebla una jornada de memoria, verdad, justicia y resistencia, que llevó consigo el peso de la impunidad y la incertidumbre de no saber sobre el paradero de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, vistos por última vez la noche del 26 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero.
Como cada año, la Universidad se sumó al clamor nacional que busca mantener viva la lucha por los 43 y sus familias, quienes continúan exigiendo respuestas a las autoridades, en un país donde además se contabilizan más de 130 mil personas desaparecidas.
Durante tres días, la institución fue espacio de reflexión, indignación y acción. En este marco, el rector de la IBERO Puebla, Dr. Alejandro Guevara Sanginés, reconoció la participación activa del estudiantado en la jornada 43 voces que no se apagan.
“A través de este acto de memoria, se pretende reivindicar la vida de cada uno de los 43 estudiantes, cuyo paradero todavía desconocemos. Queremos exigir verdad, justicia, reparación para este y todos los casos de desaparición en el país, y refrendar nuestra solidaridad con las familias buscadoras que en todo México siguen buscando cualquier huella para dar con sus seres queridos”, expresó el Rector.
El exhorto, añadió, es también para el Estado mexicano: “El llamado para las autoridades es poner siempre a las familias en el centro de sus acciones en materia de desaparición”.
La voz del estudiantado estuvo presente en todo momento. A través de pases de lista recordaron a los 43 como parte de la Comunidad Universitaria con la premisa “Estos jóvenes también son nuestros estudiantes”. En distintas reflexiones se cuestionaron: ¿qué cultiva un país que siembra cuerpos?
La jornada también contó con la conferencia magistral Ayotzinapa: Lucha, memoria y resistencia, impartida por la Mtra. María Luisa Aguilar Rodríguez, directora del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh). A través de una relatoría, expuso el largo camino recorrido en torno a la investigación, dividida en cinco etapas: la indagatoria inicial de carácter local; la supervisión internacional con el GIEI; la defensa por mantener abierta la investigación ante las evasivas del Estado; la creación de mecanismos nacionales como la COVAJ y la Unidad Especial de Investigación; y los actuales obstáculos estructurales.
“En esas cinco etapas llegamos a los 10 años, y no sé si estamos en una nueva etapa”, señaló, tras un recuento marcado por incumplimientos y dudas. Subrayó que Ayotzinapa refleja los múltiples problemas estructurales del país, ya que “México no tiene la capacidad de darle respuesta humanitaria a las familias que están buscando un ser querido”.
La IBERO Puebla, como acompañante y casa de las familias buscadoras, se unió a las acciones de conmemoración con una intervención sonora colectiva en la que alrededor del campus se nombró a los 43 estudiantes, con la consigna “Vivos se los llevaron, vivos los queremos”.
Por la noche se encendieron 43 veladoras y se entonaron cánticos de resistencia, manteniendo viva la esperanza de paz para los normalistas y sus familias. La jornada concluyó con una ceremonia religiosa en memoria de todas las personas desaparecidas en México, oficiada por el Mtro. Arturo González González, SJ, quien hizo un llamado a no olvidar y a no dejar de acompañar esta causa.
