El 20 de septiembre, durante su trigésima primera presentación de la residencia “No me quiero ir de aquí: Una más” en el Coliseo José Miguel Agrelot de San Juan, el periodista Jay Fonseca informó que Bad Bunny recibió una amenaza de muerte en redes sociales. La advertencia surgió de un usuario que aseguró querer arremeter contra el artista, lo cual elevó inmediatamente la alerta entre el equipo de producción y las autoridades.
Tras rastrear el origen de la publicación, las autoridades calificaron la amenaza como creíble debido a los antecedentes de violencia armada del presunto autor. Aunque no se han reportado detenciones ni se ha localizado al responsable, funcionarios federales y estatales mantienen activa la investigación y revisan continuamente cualquier indicio adicional en plataformas digitales.
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Para garantizar la seguridad del público y del artista, se desplegó un operativo conjunto del Servicio Secreto de Estados Unidos, el FBI y el Departamento de Seguridad Pública de Puerto Rico. La medida incluyó patrullajes reforzados y controles de acceso más rigurosos, especialmente ante la asistencia de figuras de alto perfil como la jueza Sonia Sotomayor, presente esa noche en el recinto.
La residencia, que se desarrolló entre julio y septiembre, congregó a más de 500 000 asistentes en sus 31 conciertos y dejó un impacto económico estimado de 713 millones de dólares en la isla. Hoteles, restaurantes y comercios se beneficiaron directamente del flujo de visitantes que atrajo el fenómeno musical.
A pesar de este incidente, Bad Bunny confirmó que avanzará con su gira mundial “Debí Tirar Más Fotos”, que iniciará el 21 de noviembre en República Dominicana. Mientras tanto, las autoridades en Puerto Rico continúan la búsqueda para determinar la veracidad y alcance de la amenaza.

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